Para el ser humano no hay imposibles. Es por ello que nada es una limitante para lograr los sueños, sean cuales sean. Lo único que se necesita es tesón, perseverancia y creer en la idea que tenemos. Es por ello que John Cronin es un ejemplo sin igual de lo que significa emprender y perseverar a pesar de las limitaciones.
La historia de John Cronin es fascinante. Es un joven emprendedor que tiene síndrome de Down y ha sabido llevar adelante un negocio millonario que se dedica a la venta de calcetines con diseños sumamente variopintos y extravagantes, lo que demuestra que nada es imposible, si se tiene constancia.
Ahora pasaremos a relatar la historia de un muchacho de 21 años que, con síndrome de down y el apoyo de su padre Mark Cronin, abrieron un negocio sumamente lucrativo de más de 1.4 millones de dólares en beneficios.
Primeros años
John Cronin nació el año de 1998 con síndrome de down. Es el menor de tres hijos y creció con el mismo trato que recibían sus hermanos de parte de sus padres.
El propio Mark Cronin afirma que “Lo criamos exactamente igual que a nuestros otros dos hijos; nunca lo limitamos ni esperamos que pudiera hacer menos que sus hermanos. No hay palabras que pueda decirles, pero sí acciones que enseñarles: El síndrome de Down solo hace a nuestros hijos diferentes. Es como mi hijo mayor, que mide casi 2 metros, es diferente. O mi otro hijo, que sufre de problemas de ansiedad. Todos son diferentes a su modo, la diferencia de John es solo un cromosoma extra”.
Bajo esta premisa, el muchacho creció sin ningún tipo de complejos y pudo desarrollar su personalidad plenamente, sin ningún tipo de limitaciones en casa. Estudió primaria y secundaria de manera habitual y a los 21 años, graduado de la preparatoria, manifestó a su padre la intención de abrir un negocio.
La dupla padre-hijo pensó inicialmente en invertir sus esfuerzos en un foodtruck, una fórmula de negocios y técnica culinaria de moda a nivel mundial. Sin embargo, ninguno de los dos conocía suficiente sobre la comida, así que descartaron la idea. Así, una noche en la que pensaban en su nuevo negocio, pensaron: “¿Para qué eran buenos?”.
John miró sus pies y como una epifanía, exclamó: “¡Calcetines!”. Desde siempre el muchacho le había gustado ponerse calcetines coloridos y estampados con toda clase de dibujos; Una marca de su identidad que desde ese momento quiso compartir con la gente.
Así, mientras sus compañeros de clase se encontraban en el proceso de ingreso a la Universidad, John emprendía junto a su padre un negocio que en muy poco tiempo se haría exitoso.
John’s Crazy Socks
Mark Cronin explicó en una entrevista a la BBC que “John ha vestido calcetines coloridos y extravagantes durante toda su vida, así que sugirió que vendiésemos calcetines”. Con la idea planteada, la dupla se puso manos a la obra: Mientras John perfeccionaba la idea y diseñaba los calcetines su padre, que tenía experiencia con el lanzamiento de startups y empresas online diseñó la página web.
Así se fundaba “John’s Crazy Socks” “Calcetines Locos” (como también se le conoce popularmente) alcanzó gran notoriedad en las redes sociales gracias a una publicación que realizaron sus fundadores en Facebook, específicamente en una comunidad online conocida como “Down Syndrome on The Mighty” (El síndrome de Down en el Poderoso).
The Mighty es una comunidad que se especializa en compartir la historia de gente con enfermedades y discapacidades tales como la de John. En el video aparecía él únicamente y se titulaba: “En solo dos meses el ha vendido 1000 pares de calcetines”. El video se hizo viral en poco tiempo, alcanzando las 21 millones de visitas.
En poco más de un año, la empresa ha recaudado más de un millón de dólares en ganancias.
De hecho, tal ha sido el éxito de la empresa que importantes políticos como Justin Trudeau y el ex presidente George H.W Bush realizaron pedidos a la empresa. El valor de estos curiosos calcetines oscila entre los 8 euros.
La pareja de empresarios afirma que aspiran en su siguiente año expandir las ganancias a unos 5 millones de dólares.
La empresa cuenta con un amplísimo catálogo de más de 1200 tipos diferentes de calcetines a la venta, entre los que figuran balones de futbol, tiburones, la cara del actual presidente de los Estados Unidos Donald Trump, zanahorias, astronautas, perros, gatos y muchos otros más.
Los clientes reciben sus pedidos acompañados de dulces y una carta de agradecimiento escrita a mano por el entusiasta John Cronin, que bajo la premisa de hacer feliz a la gente con sus diseños, se esmera por tener un trato cercano y ameno con su enorme cartera de clientes; Una estrategia de negocios muy cercana que afianza la lealtad y el vínculo con su clientela.
De hecho, el papel de John dentro de la empresa es de agente de relaciones públicas: es él quien diseña los calcetines, dirige el negocio, habla con los clientes y proveedores así como asiste a eventos en representación de su compañía.
Su padre, encargado de la parte técnica de la empresa, afirma que solo el primer mes del lanzamiento de la startup tuvieron más de 452 envíos. Ya solo tres meses después, habían gestionado cerca de 10 mil.
Además del éxito que ha tenido la empresa financieramente hablando, la empresa se caracteriza por un profundo sentido de la responsabilidad social empresarial; Un tercio del personal que maneja la institución lo conforman personas con discapacidad y una suma considerable de sus ganancias (un 5%) está destinado a apoyar las olimpiadas especiales.
“Se está demostrando que podemos construir una empresa basada en dar oportunidades y que podemos tener éxito gracias a eso” comentó Mark Cronin. Fieles a esta premisa, John’s Crazy Socks lleva por lema: “Una empresa tan única como su fundador”.
Visión de Negocios
La empresa, como se ha dicho, tiene un marcado sentido social. Esta va más allá de únicamente generar dinero, pues su misión consiste en “esparcir alegría y felicidad”. Adicionalmente a ello, sus principios de concepto empresarial son los siguientes:
- Inspiración,
- Dar a cambio,
- Ten unos calcetines que puedas amar, y
- Gratitud.
En una ocasión alguien comentó: “¡Qué bueno que ayudan a gente discapacitada contratándolos!”. Mark Cronin respondió que “No contratamos a gente discapacitada para ayudarlos ¡Son ellos quienes nos ayudan a nosotros!. tienen una alta disposición y gran capacidad de trabajo: yo insto a todos los empresarios para que contraten gente con problemas de discapacidad, porque son muy eficientes y buenos en lo que hacen”.
“Seamos felices, pero seámoslo vistiendo unos calcetines locos”- John Cronin.
Definitivamente la filosofía de vida de John es, además de inspiradora, un ejemplo de que la actitud, es la clave del éxito y no un cromosoma de más.