El rechazo no es sinónimo de fracaso. Muestra de ello son las historias de cientos de emprendedores que, aún teniendo ideas visionarias, gran talento o la experiencia laboral para llevar grandes proyectos en grandes corporaciones, han sido rechazados.
Esto, en vez de desanimar a quien está llevando a cabo un proyecto de emprendimiento, debe ser un motivo para seguir adelante, tal como les pasó a dos jóvenes emprendedores que luego de haber trabajado en importantes empresas como Yahoo, Apple y Ernst & Young, haber tenido toda clase de problemas personales y financieros terminaron haciéndose millonarios.
Esta es la emocionante historia de Jan Koum y Brian Acton, los programadores que luego de ser rechazados por el gigante de las redes sociales Facebook, crearon WhatsApp.
Primeros años
Para conocer la historia de éxito de ambos emprendedores, es importante conocer sus inicios y el cómo se conocieron:
Jan Koum
Jan Koum nació el 24 de Febrero de 1976 en Kiev, Ucrania. Es hijo de un gerente especialista en el área de la construcción y una ama de casa. Koum nació en una época difícil para Ucrania, que en aquél entonces pertenecía a la extinta URSS. La casa de Koum carecía de calefacción y agua caliente, además vivían bajo el miedo constante de que sus comunicaciones estuvieran intervenidas, dado el autoritarismo del régimen soviético.
Estas prácticas desarrollarían en el futuro emprendedor un profundo rechazo contra la propaganda y los regímenes totalitarios. Para cuando cumplió 16 años él y su madre emigraron a Mountain View dado el antisemitismo y el ambiente político de su país de origen. Su padre nunca pudo migrar.
Ya en los Estados Unidos adquirieron un departamento de dos habitaciones gracias a la asistencia gubernamental. Koum cuenta que su madre llenó las maletas de bolígrafos y cuadernos de notas soviéticos para evitar pagar por los útiles escolares en el gigante capitalista.
La madre Koum comenzó a trabajar como conserje de una tienda de alimentos para poder llegar a fin de mes, aunque poco tiempo después fue diagnosticada con cáncer. Así, la familia comenzó a vivir de un subsidio gubernamental por discapacidad.
Por su parte el joven Jan estudiaba y aunque dominaba el inglés, no se sentía cómodo en los Estados Unidos. Había hecho un grupo de amigos al que se había acostumbrado y no terminaba por agradarle la actitud despreocupada de sus actuales compañeros de clases.
A Jan se le conocía por ser un alborotador en la escuela, que había aprendido a establecer redes de computadoras comprando manuales en una tienda donde vendían libros usados. Sus conocimientos y naturaleza rebelde lo llevaron a integrar un grupo de Hackers llamado woowoo que operaba en la red de chat de retransmisión por internet Efnet.
Allí llegó a meterse en los servidores de Silicon Graphics, conociendo a personas como Sean Fanning, cofundador de Napster. Durante esta época el programador autodidacta inició estudios en la Universidad Estatal de San José. Mientras estudiaba, Koum comenzó a trabajar como evaluador de seguridad en Ernst & Young. Esto sería fundamental para conocer, tiempo después, a su socio Brian Acton.
Brian Acton
Por su parte, Brian Acton nació el 17 de Febrero de 1972 en Michigan. Cuando era muy pequeño sus padres se mudaron a Florida y en este lugar se crió. Una vez terminado sus estudios básicos y preparatoria, Acton estudió en la Universidad de Stanford la carrera de Ciencias de la Computación.
Posteriormente, inició su carrera como administrador de sistemas en la empresa Rockwell International. Dicha empresa se dedicaba a fabricar piezas para aviones militares y comerciales. Aquí Acton adquirió muchísima experiencia en materia de sistemas, que sería sumamente útil para sus proyectos posteriores.
Para 1996 comenzó a trabajar en la empresa Apple por unos años y posteriormente ingresó a Yahoo!. Un año más tarde ambos emprendedores se conocieron.
El dúo dinámico de WhatsApp
Algunos afirman que las casualidades no existen y otros que sí. Sea como sea, el que Jan y Brian se conocieran cambió enormemente la manera en que hoy nos comunicamos y todo se debe a un encuentro fortuito entre ambos en 1997 mientras Koum inspeccionaba como evaluador de seguridad la empresa Yahoo, donde el empleado 44, Brian Acton, le recibía.
El propio Acton afirma que Koum era diferente a todos los inspectores de seguridad que había conocido de empresas como Ernst & Young, que se valían de tácticas poco éticas para hacer su trabajo. Seis meses después de ese primer encuentro, Koum comenzaría a trabajar en Yahoo como ingeniero de infraestructura.
Dos semanas después Koum demostró su talento en sistemas gracias a que fue el responsable de reparar uno de los servidores de Yahoo, que se había roto. Debió abandonar su carrera desde entonces, al adquirir mayores responsabilidades en la empresa.
Fue entonces que trabajando juntos forjaron una bonita amistad, así como sentaron las condiciones para una sociedad sin precedentes, no sin dificultades; En el año 2000 ambos emprendedores tuvieron serios reveses emocionales y financieros:
Acton realizó una inversión en dot-com, pero esta casi lo llevó a la quiebra cuando explotó la burbuja financiera asociada a dot-com; un periodo en el que la bolsa de valores vendió enorme cantidad de acciones de empresas en internet entre 1997 y 2001.
De hecho, en aquella época aún se les consideraba una “nueva economía” y no se sabía el alcance que tendrían en el futuro.
Por su parte Koum tuvo que enfrentar la muerte de su madre a causa del cáncer. En aquél entonces Brian lo invitaba a su casa y jugaban futbol y frisbee final.
Es increíble como programadores pese a su experiencia de más de 15 años en empresas como Apple, Yahoo y Ernst & Young pudiesen tener dificultades para conseguir empleo, pero así sucedería:
Cuando los dos intentaron conseguir trabajo en Facebook fueron rechazados. Acton afirmó a través de Twitter que aunque era una gran oportunidad y había sido rechazado, continuaría su próxima aventura de vida. La aventura era crear una aplicación junto a su amigo.
Para aquél entonces Steve Jobs había lanzado su revolucionario iPhone. A través de esta “máquina mágica” se había estrenado la App Store, el primer ecosistema de apps de la historia. Koum vio que allí iniciaría la nueva revolució en la que él y Acton participarían.
Así, comenzaron a trabajar junto al también programador Alex Fishman en una nueva aplicación, que consistía en un sistema de mensajería instantáneo, que sería conocido como WhatsApp más tarde. Corría por entonces el año 2009.
Una de las principales características de su novedosa aplicación y que lo separaba de otras mensajerías instantáneas era que podías importar tu libreta de contactos a la aplicación, agregando también el envío de notas de voz, compartir imágenes y videos, así como también los estados, una moderna característica en la que podías hacer público y por un periodo de 24 horas imágenes, videos cortos o texto. Tiempo después incorporaron las herramientas de llamada de video y audio, así como la incorporación de estados.
El crecimiento de WhatsApp fue vertiginoso e incluso ellos intentaron pararlo haciendo de WhatsApp una herramienta paga en varias ocasiones, sin embargo la cantidad de usuarios seguía creciendo. Tal era el caso, que esta se encontraba en el top 20 de la AppStore. Curiosamente, Koum había rechazado el recurrir a la prensa para hacer saber a los inversionistas de capital de riesgo que su aplicación se estaba haciendo viral.
Y de hecho, no lo necesitaban: Estaban recibiendo demasiadas solicitudes para hablar y se estaban dando el lujo de rechazarlas. Sin embargo, la insistencia de Jim Goetz, socio de Sequoia, que pasó 8 meses tratando de contactar con Brian y Jan, logró una reunión entre ellos. Ambos emprendedores asediaron con preguntas a Goetz y le hicieron prometer que no les impondría modelos publicitarios, sino que tendrían libertad para obrar.
Goetz accedió actuar como asesor estratégico únicamente y los emprendedores recibieron 8 millones de dólares. Dos años después, en 2013, ya la empresa había obtenido 200 millones de usuarios activos y había aumentado su nómina a 50 empleados.
Nuevamente decidieron llevar a cabo una ronda de financiamiento nueva en secreto. Sequoia invirtió en esta ocasión 50 millones de dólares, valorando WhatsApp en 1.5 mil millones. En la cuenta bancaria de WhatsApp habían cerca de 8.257 millones de dólares, lo cual les permitía acudir a un propietario local en donde adquirieron un edificio de tres pisos.
Así, con el enorme ingreso que estaba recibiendo la empresa y las particulares características de la aplicación, captaron el interés de facebook, que también incorporó su propio sistema de mensajería instantánea, conocido como “Facebook Messenger”.
Pero ya era demasiado tarde: WhatsApp era el principal sistema de mensajería instantánea del mundo y sería difícil desplazarlo. Fue así que Zuckerberg acabó comprando WhatsApp por 19 mil millones de dólares (divididos de esta manera: 16 mil millones por la empresa más 3000 mil millones en acciones de facebook para Acton y Koum). Cinco años habían pasado desde que facebook los había rechazado aquella vez a los dos.
A favor de la privacidad de los usuarios
Luego de haber tenido aquél éxito y acabar vendiendo WhatsApp a Zuckerberg, se ha visto a ambos emprendedores criticar con dureza a Facebook. Muestra de ello es que Jan Koum abandonó la presidencia de WhatsApp por diferencias con respecto al manejo de los datos de los usuarios.
Por su parte, Brian Acton fue protagonista de una controversia a través de las redes sociales pues criticó a facebook a través de twitter y empleó el hashtag #borrafacebook. Sus mensajes han tenido divulgación pues el propio Elon Musk y otros grandes de la tecnología se han hecho eco de ellos.
La causa principal de sus críticas contra facebook es lo relacionado a cómo la empresa irrespeta la privacidad de los usuarios. Asimismo, otras controversias relacionadas a la empresa tales como las fake news y las manipulaciones de la intención a voto han jugado en contra de Zuckerberg y su plataforma. Tal fue el impacto que hombres como Wozniak borraron sus perfiles en la red social.
Acton también es conocido por proteger y apoyar Signal, un sistema de comunicaciones seguras sin ánimos de lucro de reciente creación que él mismo ha financiado de su bolsillo y que se ha incorporado a mensajerías como Messenger, WhatsApp y otras.
Indudablemente la historia de estos dos emprendedores es muestra de que nada es imposible si se tiene persistencia, constancia, dedicación y por supuesto seguridad en uno mismo. La autoestima es la principal herramienta para combatir el desánimo ante el rechazo.
No dudar en nuestras capacidades es la premisa del éxito que hombres como Jan Koum y Brian Acton han empleado para lograr sus metas.